Esta especie fue descrita originalmente en el año 2013 por los ictiólogos Thiago Silva Loboda y Marcelo Rodrigues de Carvalho.
[2] En las aguas del alto río Paraná su límite superior se encontraba en los grandes Saltos del Guairá, pero con la construcción de la represa de Itaipú —la cual cubrió esas cataratas con un enorme embalse— logró invadir la ecorregión de agua dulce Paraná superior (ubicada en el tramo del río inmediatamente anterior a los saltos), pues el dique de dicha represa posee un canal construido ex profeso para posibilitar la migración desde aguas abajo hacia el embalse.
[1] Sus costumbres son aplicables a los demás miembros de su género, los que habitan en el fondo limoso o arenoso de los ríos y arroyos, pasando fácilmente desapercibidos gracias a su coloración críptica.
Por esta razón son animales odiados y temidos, empleando los pobladores ribereños técnicas para evitar los accidentes con este pez, la más común es azotar las aguas de un sector adecuado para el baño, empleando ramas o palos, con el objetivo de hacer huir a los posibles ejemplares que se encontrasen allí.
Se alimentan principalmente de otros peces a los que captura con la técnica del acecho, permaneciendo inmóvil y semienterrada a la espera del paso de alguna presa, la que será atacada por sorpresa.