Popolocas

El gentilicio popoloca fue aplicado por los mexicas a todos aquellos grupos que no hablaban alguna de las lenguas del tronco nahua, más o menos inteligibles entre sí.

Así, la primera se localiza en el llamado Valle de Tehuacán, de tierras fértiles, aun cuando las comunidades popolocas se ubican en partes montañosas a 2000 o más metros sobre el nivel del mar, con escasas tierras cultivables.

La tercera zona pertenece geográficamente a la Mixteca Alta Septentrional, por lo cual su clima es también desértico extremoso, con la vegetación correspondiente.

Los suelos están en un acelerado proceso de erosión, por lo que los terrenos cultivables escasean y la fauna es prácticamente inexistente.

La agricultura representa la actividad económica fundamental en cuanto constituye la base de la subsistencia, pero no basta para asegurarla, porque es deficitaria.

Además, se cultivan aunque en pequeña escala el frijol y el trigo, este último con fines comerciales por parte de quienes tienen tierras excedentes.

La casi totalidad de estas artesanías ha desaparecido y las que se conservan han perdido su calidad artística.

En algunos lugares de población concentrada, como San Felipe Otlaltepec, el pueblo se divide en barrios o secciones y éstos, a su vez en sectores.

Así muchas veces una persona que circunstancialmente viven en una sección, participa en las faenas de aquella en la cual nació.

Los barrios tienen generalmente su propio santo o patrón y su banda de música, la cual toca gratuitamente durante la celebración correspondiente.

Parece ser que hasta hace poco tiempo la unidad social básica la constituía la familia extensa.

El compadrazgo o parentesco ritual establece estrechos vínculos sociales y económicos entre los contrayentes.

En todos los aspectos del ciclo de vida: el nacimiento, bautizo, primera comunión, confirmación, matrimonio y muerte, interviene el compadrazgo.

El joven escoge a su futura esposa y lo comunica sus padres, quienes en ciertos lugares, acuden con el “xiticaxanoo” o casamentero, llamado también tetlale, para que, después de varias visitas y regalos a los padres de la novia se concierte el matrimonio.

Los gastos corren a cuenta de los padres del novio, contribuyendo los padrinos y parientes allegados.

Los municipios en que habita la población popoloca se rigen por reglamentos políticos estatales, estando los cargos inherentes en manos de los mestizos.

En cada pueblo indígena se nombra, de acuerdo a dichas normas, una junta auxiliar compuesta por diez miembros, cinco propietarios y cinco suplentes, todos los cuales desempeñan una función gratuitamente y son elegidos democráticamente por un periodo normal de tres años.

Las enfermedades más comunes a juicio de los indígenas son el “mal aire”, “el espanto” y “la pérdida del alma”.

Cada grupo étnico, sin embargo, mantiene cierto aislamiento con respecto a los otros y una endogamia grupal.

El gentilicio popoloca era utilizado por los aztecas para referirse a los pueblos que hablaban lenguas ajenas al tronco nahua.

El popoloca es una lengua tonal, es decir que una misma palabra puede tener diversos significados, según el tono con el cual se pronuncia.

La segunda región se encuentra en una zona montañosa semidesértica, prolongación de la Mixteca oaxaqueña.

La tercera zona pertenece geográficamente a la Mixteca alta septentrional, con un clima desértico extremoso y la vegetación correspondiente.

Debido al acelerado proceso de erosión, los terrenos cultivables son escasos y la fauna es prácticamente inexistente.