Dentro de la organización y para el movimiento de mujeres uruguayo, fueron referentes Nelly Fagundez, Cristina Grela, Margarita Percovich, Ana Nocetti, Carmen Tornaría y Fanny Nita Samuniski.
Gracias a la trabajadora social Raquel Carreiras, una integrante que trabajaba en Emaús, se consiguió un espacio físico para reunirse diariamente, en una habitación al fondo del local de Emaús en Barrios Amorín 1166 (Palermo).
Samuniski, asistente social integrante en esa época, explicaba en el primer número de la revista Cotidiano Mujer (1985):El PLEMUU como organización empieza a pensar que las mujeres tenemos que crear un lugar donde organizamos, una instancia de organización y reflexión simultáneamente.
[15] Tras la vuelta a la democracia en 1985, la participación en las reuniones en el local de Emaús bajó.
Durante tres meses, Raquel Carreiras, Nelly Fagundez, Margarita Percovich, Ana Nocetti, Carmen Tornaría y Nita Samuniski continuaron reuniéndose para definir los lineamientos con los que continuaría la organización.
[16] Desde 1986 hasta 1988, publicó periódicamente el Servicio Documental Mujer (SDM), instrumento que recopilaba información de diarios, seminarios y revistas nacionales sobre la condición de las mujeres.
También informaba sobre publicaciones nacionales o extranjeras y actividades del movimiento de mujeres.
[19] En 1990, una de los mayores discusiones del movimiento feminista uruguayo se centraba en la relación con el Estado.
Al respecto, Tornaría opinaba que las activistas debían interactuar con las instituciones estatales y construir alianzas estratégicas con las nuevas diputadas, línea de pensamiento que predominó desde sus inicios.
En la primera etapa, integró su consejo fundacional junto a Grecmu y Cotidiano Mujer: formaban parte Lilian Celiberti, Lucy Garrido, Graciela Sapriza, Elena Fonseca y Margarita Percovich.
[22]Este grupo llevó a cabo un diagnóstico de la situación de las mujeres en Uruguay y lo presentó en una reunión abierta con 50 organizaciones en la que se elaboraron propuestas para trasladar a Pekín.
El primero incluía un Centro de Atención a la Infancia y la Familia (Centro CAIF), el proyecto educativo Ciempiés para adolescentes, el proyecto piloto Madres Adolescentes Pereyra Rossell y formación laboral para mujeres adultas en condiciones de pobreza.