Plaza de toros de La Línea de la Concepción

La importancia del inmueble viene dada tanto por la longitud del diámetro de su coso, con 59 metros, como por la fuerte personalidad que imprime al ámbito urbano en que se sitúa, constituyendo un hito en la trama urbana de la ciudad.

Los muros radiales se abren mediante arcos peraltados para permitir la comunicación entre los distintos trapecios que forman las cuadras y posibilitar su acceso desde el callejón abovedado que las une con el ruedo.

Mediante este dispositivo formal se consigue una lectura continua del inmueble.

Todo lo cual refuerza una idea de plaza proyectada sobre una impronta sobria y eficaz en su figuración, para su importante escala.

El Ayuntamiento dio permiso para que se elabore la petición ese mismo año de 1880, convirtiéndose en una empresa de gran envergadura y el coso va tomando fisonomía durante tres años.