La escala puede oscilar entre 1:500 para los núcleos más pequeños y 1:10.000 para los mayores.
[1][2] Ya en la época del Antiguo Oriente Próximo se fabricaban tablillas de arcilla con representaciones gráficas de ciudades a escala.
Los objetos individuales de este mapa ya estaban etiquetados, en sumerio cuneiforme.
En estas obras se ilustran las condiciones locales y las características relevantes -como los puertos, los magníficos edificios, las murallas, etc. - como telón de fondo para destacar las descripciones históricas o los beneficios económicos de la ciudad.
Una de las principales innovaciones fue que la ciudad ya no se representaba simplemente desde una perspectiva imaginaria o real, sino que se dibujaba inicialmente como un plano bidimensional y luego, mediante un proceso de dibujo en perspectiva preciso, se transformaba en una imagen tridimensional.