Perro polar argentino
El general Hernán Pujato trajo los primeros perros de trineo desde Alaska y Groenlandia comenzando así los cruzamientos.Dentro del conjunto de posibilidades, algunos rasgos se ajustan mejor al ambiente y perduran, es decir, son adaptativos.[cita requerida] Eran asimismo capaces de intuir o predecir las tormentas, ayudando a evitar salidas fallidas.En 1965, estando ya consolidada la raza, el coronel Jorge Edgar Leal los seleccionó especialmente para su expedición al Polo Sur de manera terrestre.Esta especie canina se alimentaban una vez por día (el doble que los huskies siberianos), pero eran igualmente muy apreciados por ser su mantenimiento incomparablemente inferior al costo del gasoil de los tractores capaces de desplazar iguales cargas.El alimento suministrado a los primeros padres traídos por Pujato para comenzar la raza era el pemmican, una tableta preparada con carne pulverizada, grasa y cereales que aportaba proteínas por la carne vacuna utilizada, calorías por la grasa y vitaminas por la variedad de bayas.La ventaja del concentrado alimenticio es que se podía almacenar por mucho tiempo y empleaba poco volumen de depósito.La principal causa de muerte era por pelea, ya que la raza se mostraba muy agresiva con sus congéneres.El más recordado de los perros polares argentinos, un ejemplar llamado "Poncho", se destacó en la historia polar argentina por su increíble capacidad de avisar a los hombres que frente a ellos se encontraba una grieta oculta.Las expediciones temporarias (es decir, sin base permanente) provistas de perros estaban obligadas a seguir también este plan.[cita requerida] De los 30 componentes del primer grupo trasladado a Ushuaia y a Mendoza, 28 murieron durante el primer año, haciéndose imposible el cruzamiento y reproducción de los sobrevivientes puesto que ambos eran machos.