Ya desde niño llamó la atención su afición por el dibujo y la pintura.
Durante la Guerra Civil comienza a trabajar con el decorador caudetano Manuel Ibáñez, con quien aprendió las técnicas del dibujo al natural sobre escayola y pintura decorativa, incluyendo la técnica del dorado.
En 1945 realiza su primera exposición en Caudete con bodegones, paisajes y retratos.
Ese mismo año conoce a Carlos Sosa, con quien pasará una temporada en su estudio de Valencia perfeccionando su técnica.
En esta primera época en la capital colabora con varios decoradores, como José Pan y José Portolés, compaginando estas labores con la decoración de porcelana fina en Industrias Cerámicas Artísticas.
En 1954, terminada la carrera, regresa a su localidad natal, donde instala su estudio.
Ese mismo año inaugura con una exposición individual la Sala Dulcinea en la Albufereta de Alicante.
En 1986 se jubila como profesor, dedicándose plenamente a sus trabajos artísticos.
En 1988 se traslada a su localidad natal, Caudete, donde instala definitivamente su estudio.