Tradicionalmente se ha usado para decoración por medio del dorado sobre la superficie de diferentes objetos artísticos, por ejemplo en esculturas, iconos, retablos, orfebrería, mobiliario y superficies arquitectónicas, tanto en exteriores como en interiores.
Antiguamente los batihojas colocaban las planchas entre membranas de animales y las reducían con golpes de martillo hasta unos 0,006 mm.
Es entonces cuando se pueden ir aplicando las láminas de oro sobre una zona previamente humedecida con agua con un pincel y finalmente ha de bruñirse con una piedra de ágata para conseguir el brillo al oro.
Esta operación ha de hacerse cuando el oro aún no esté totalmente seco.
[5] Puede realizarse otra técnica llamada a la «sisa» o «mordiente»: Se usa con la imprimación de una capa del adhesivo llamado mixtión,[n. 2] se ha de esperar que adquiera el grado de sequedad justo para poder aplicar las hojas de pan de oro, este punto se sabe cuando arrastrando el dedo sobre la superficie se produce una especie de chirrido.