Sería en esta ciudad donde conocería a la Compañía de Jesús, haciendo a sus 15 años entonces voto de entrar en ella.
Posteriormente, la Sede Apostólica le dispensaría de este voto.
Sucedió como obrero mayor a su tío García Manrique de Lara.
Antonio había sido enviado por su madre Luisa de Padilla a Toledo ya que el joven deseaba hacerse jesuita.
Finalmente se convenció al joven que volviera a Valladolid.