Se lo honra como patrono de los marineros, aunque nunca fue reconocido formalmente como tal.
[2] Como confesor del rey, incitó a este a reanudar las hostilidades contra los andalusíes, y lo acompañó en la campaña de conquista de Córdoba y Sevilla; consagró como iglesias las mezquitas en las ciudades conquistadas.
Ya sexagenario, se retiró a Tuy, donde trabó amistad con el obispo Lucas de Tuy; en la Pascua de 1246, mientras peregrinaba a la tumba del apóstol Santiago, falleció tras caer enfermo.
[2] Pocos años después de su muerte ya circulaban en Galicia historias sobre milagros ocurridos tras su invocación.
En la iconografía se representa a Pedro González Telmo vestido con el hábito de la orden dominica, llevando en la mano un cirio azul que representa al fuego de San Telmo, o con un pequeño barco; a veces se lo representa alimentando a los pescadores.