Pedárito

Cuando los atenienses, mandados por Estrombíquides, fortalecieron Delfinio poniendo en dificultades a Quíos, Astíoco estaba remiso y no se decidía a actuar; los quiotas y Pedárito no cesaban de enviarle mensajes pidiéndole que fuera en su ayuda con todas sus naves, puesto que se hallaban sitiados, bloqueados por mar y sometidos a pillaje por tierra.

Se quejó de su conducta, haciendo que viniera una comisión para indagar.

[2]​ Cuando el ejército ateniense estaba sólidamente establecido detrás de sus fortificaciones, la mayor parte de la población esclava quiota, que era muy numerosa se pasó a los atenienses y causaron graves daños.

El laconio Jenofántidas fue a Rodas enviado desde Quíos por Pedárito para advertir que la fortificación ateniense de Delfino ya estaba concluida, y que si no acudían con toda la flota peloponesia, Quíos estaba perdida.

Mientras, Pedárito con las tropas mercenarias que tenía y con todas las fuerzas de Quíos, atacó el muro que protegía las naves atenienses y logró apoderarse de un tramo del mismo y apresar algunas naves que estaban varadas; pero los atenienses acudieron contra ellos, pusieron en fuga a los quiotas y vencieron al resto de contingentes de Pedárito.