[4][5][6] Procedente del nombre serbio arcaico de cueva, peštera ( cf.
También se la conoce como la cueva de Jelašnica (en serbio: Јелашничка пећина, Jelašnička pećina).
Las piedras se acumulan en la entrada, mientras que la roca madre sobresale del suelo en la parte posterior de la cueva[1] Pešturina es una de las tres cuevas que se encuentran seguidas una tras otra, las otras dos son Mala Balanica y Velika Balanica.
Las tres contienen restos de homínidos, algunos mucho más antiguos: 300.000 y 500.000 años, respectivamente.
Las cuevas son completamente inaccesibles por carreteras o caminos y sólo se puede llegar a ellas mediante cuerdas desde la salida sur del pueblo de Sićevo.
La importancia de las cuevas se puso de manifiesto a principios del siglo XXI, cuando la zona se vio envuelta en una fiebre del oro localizada.
La profundidad alcanzada hasta ahora es de 2 m y aún no se ha llegado a la roca madre.
La capa está alterada por las actividades de los roedores, pero también porque los habitantes posteriores nivelaron y excavaron el terreno.
Los restos más abundantes de animales carnívoros pertenecen al lobo gris, mientras que entre los animales presa se encuentran el urogallo, el caballo y el íbice alpino.
Los artefactos pertenecen generalmente a la cultura musteriense denticulada, del Paleolítico Medio.
Los restos de fauna son numerosos, correspondiendo en su mayoría a la descubierta en la Capa 4.
También se han encontrado huesos de rinoceronte y mamut lanudo.
Esto sugiere que la sabana (con los rebaños de caballos y uros), el bosque templado (ciervos, corzos) y los acantilados rocosos (íbices alpinos, gamuzas) se encontraban a poca distancia de la cueva.
La notable conservación y el mínimo desgaste del diente permitieron un examen detallado que confirmó la morfología neandertal.