En el extranjero a veces se la denomina pastelería magrebí, pues comparte la mayoría de sus recetas con países como Túnez o Marruecos.
Los postres bereberes consistían básicamente en sémola de trigo endulzada con miel o azúcar.
Posteriormente influyeron la llegada de los árabes con la conquista islámica, la presencia otomana y, en menor medida, la colonización francesa del Magreb.
La tradición pastelera argelina se sigue produciendo y mejorando en los hogares argelinos y en las pastelerías de las grandes ciudades como Argel, Annaba, Bugía, Constantina, Miliana, Berruaguía, Medea, Tremecén... Se dice que guarda especial relación con la pastelería de Andalucía, tanto en sus ingredientes como en sus técnicas.
Durante el Eid, la fiesta que marca el final del Ramadán, es común regalarse pasteles con amigos y familiares.