Clementinae

Fue la última de estas colecciones con carácter oficial que un Papa mandó compilar.

Esta nueva colección, más suave en temas disciplinares que otras anteriores, fue llamada Liber septimus por el Papa Clemente.

La idea del pontífice era darles validez jurídica enviándolas a las universidades para su estudio.

Sin embargo, la muerte le impidió hacerlo y su sucesor, Juan XXII mandó revisar el texto y la promulgó el 25 de octubre de 1317 mediante una bula llamada Quoniam nulla.

Dentro de esos cinco puntos trata 52 títulos y 106 capítulos.