Los sacerdotes solían lanzarlos sobre pequeñas barcas, para de esa forma honrar a los muertos.
Pueden contener una o más yemas enteras de huevos en salazón para simbolizar la luna llena.
Su producción exige mucha mano de obra y poca gente los hace en casa.
Hay una leyenda popular sobre que el derrocamiento del gobierno mongol fue facilitado por mensajes camuflados en pasteles de luna.
Esto provocó una rápida distribución de los pasteles, que fueron usados para esconder un mensaje secreto coordinando la revuelta han el 15.º día del 8.º mes lunar.
Los 16 trozos debían entonces ponerse juntos de forma que el mensaje secreto pudiera leerse.
Aunque la mayoría producen variantes tradicionales con diversos rellenos, suelen hacerlos solo con un tipo de corteza.
Aunque existen versiones vegetarianas que usan aceite vegetal, muchos pasteles de luna emplean manteca para lograr un sabor mejor.
Para mayor higiene, cada unidad se envuelve a menudo en plástico al vacío, acompañado de un pequeño paquete antihumedad.
Para aquellos sabores que no permiten obtener un relleno lo suficientemente compacto se emplea como base pasta de judía blanca o helado.
Los rellenos pueden ser de chocolate, queso, leche, durián, yaca y muchas otras frutas exóticas.
En Japón los pasteles de luna, llamados geppei, se venden todo el año, principalmente en los barrios chinos.