Alrededor del paseo se definió un núcleo residencial de baja densidad constituido en gran parte por edificios unifamiliares.
En la última década del siglo, poco a poco todo el sector de la ciudad fue adquiriendo un protagonismo comercial atrayendo la burguesía, que hizo que se fueran substituyendo las casas aisladas con jardín por edificios de pisos.
Finalmente, entre 1900 y 1914, el paseo de Gracia se consolidó como el principal centro residencial burgués con la aportación creativa de los arquitectos modernistas Gaudí, Puig i Cadafalch, Domènech i Montaner o Sagnier.
En 1906, el arquitecto Pedro Falqués diseñó los famosos bancs-fanals de trencadís distribuidos a lo largo del paseo.
En esa época, también se recubrió el pavimento con la Loseta Gaudí, diseñada por ese arquitecto.