Se educó bajo la dirección del jesuita P. Mariano Yuste, racionero de San Pedro Teruel, y cursó Latinidad y Filosofía en el seminario conciliar de la capital turolense.
Estuvo al servicio personal del rey Fernando VII hasta el término de la guerra en España.
Capturando y fusilando a ambos tras varios enfrentamientos en el Bajío, logrando pacificar el territorio.
En 1819 se muda a la Ciudad de México donde se desempeñó como Subinspector General de México y un año después fue nombrado Gobernador.
Sin embargo, aunque había militado en las filas realistas, a la muerte de Fernando VII, reconoció a su hija Doña Isabel, como reina constitucional.