La primera referencia sobre Ojos Negros aparece en 1280, y refiere su inclusión en el arciprestazgo de Daroca.
[4] Asimismo, en el año 1297 las salinas de Ojos Negros aparecen citadas entre las rentas del monarca Jaime II.
[5] Al ser región fronteriza entre Castilla y Aragón, Ojos Negros tuvo gran protagonismo en el siglo XIV durante las guerras entre ambos reinos, pues, junto a otras localidades, formaban el primer cinturón defensivo de la Comunidad de Daroca.
En época medieval, para la organización de las villas se estableció un nuevo organismo, las sesmas, que correspondían a entidades administrativas intermedias entre la comunidad y la aldea.
En 1845, el geógrafo e historiador Pascual Madoz señalaba que Ojos Negros «se compone de 180 casas, entre ellas la del ayuntamiento, repartido en 15 calles y una plaza...
[3] No obstante, la compañía dejó de funcionar en 1986 debido a la crisis del sector siderúrgico.
[12] Fue el trabajo en la minería lo que atrajo emigrantes de forma especialmente notoria en la primera década del siglo XX, cuando se empezó a explotar el yacimiento.
[3] Ojos Negros se asienta en torno al antiguo Castillo y a la Iglesia parroquial de Nuestra Señora del Pilar, que marcan su distribución urbanística.
Presenta una planta de cruz latina con tres naves, destacando el crucero, y cuenta con capillas laterales entre contrafuertes.
Es un templo del siglo XVIII que presenta una nave con tres tramos, estando el crucero cubierto por bóveda vaída.
Su ubicación en la frontera entre Aragón y Castilla hizo que durante el siglo XIV fuera escenario de las guerras entre los dos reinos.
La mejor conservada de ellas es la que se encuentra a un nivel inferior, destacando por su base en sillería y recrecimiento en mampostería con las esquinas reforzadas por sillares.
[17] Ojos Negros también posee un molino de viento datado entre los siglos XVI y XVII, totalmente restaurado.
Se localiza junto a la carretera que une Ojos Negros con Sierra Menera.
La explotación parece ser que estuvo vinculada a un poblado celtibérico ocupado posteriormente en época musulmana.
Una vez llenas éstas, se esperaba a que la evaporación del agua permitiera recoger la sal.
[20] La explotación continuó en funcionamiento hasta mediados del siglo XX y en los últimos años se han llevado a cabo algunas intervenciones para poder acoger visitas.