Fue creado el mismo año que su homólogo aragonés, pero no tenía prensa de divulgación propia por lo que utilizó la del PRA Aragonés, La Idea (1914) y El Ideal de Aragón (1915) que llegaron a Pamplona y Tudela.
En 1926 se sumó al manifiesto de Alianza Republicana.
Aún reconociendo el antirrepublicanismo del clero mantuvo carácter confesional católico.
Por ello fue encarcelado en Madrid, donde trabó amistad con Alcalá Zamora y con los cabezas de la sublevación.
Tuvieron presiones del Partido Republicano Radical (PR) para adherirse a ellos, accediendo alguna agrupación como la de Milagro que se adhirió en 1931.