[5] Viluma encabezó la candidatura balmista por Barcelona, frente al mismo general Narváez.
[6] Según Domingo Manfredi, los debates eran dirigidos de manera anónima por el propio Balmes.
Estos se sintieron agraviados; pidieron explicaciones y que las palabras del ministro constasen en acta.
Pero Mon se ratificó en el calificativo insultante, por lo que veintiuno de los veintitrés firmantes, ofendidos, renunciaron a sus cargos.
[8][9] Retirados los diputados, el marqués de Viluma fue nombrado presidente del Senado y posteriormente se le ofreció la presidencia del Consejo de ministros, pero, asombrosamente, Viluma se negó a formar gobierno, lo que según Marrero supuso que el plan de Balmes perdiera definitivamente efectividad.