Es célebre por la reforma tributaria que acometió en 1845 para racionalizar y modernizar la Hacienda española.
En 1849 y 1857 vuelve a ser Ministro de Hacienda por cortos períodos.
Su paso por el Ministerio de Hacienda es recordado como el más importante del siglo XIX español.
La simplificación y modernización que llevó a cabo en el sistema tributario, llamada Reforma Mon-Santillán (por Ramón de Santillán), colocó a España entre los países de su entorno en esa materia y su sombra ha perdurado hasta la actualidad.
También se le recuerda por promover la modernización de la economía española, apostando por el ferrocarril y las industrias transformadoras.