Situados al oeste del palacio, los jardines abarcan unas 800 hectáreas de terreno, gran parte del cual está ajardinado siguiendo el estilo clásico francés de jardín formal perfeccionado aquí por André Le Nôtre.
[1] A los cuidados céspedes, parterres y esculturas se suman las fuentes, repartidas por todo el jardín.
También en los jardines se construyó el Gran Trianón para proporcionar al Rey Sol el retiro que deseaba.
El Pequeño Trianón está asociado a María Antonieta, que pasaba allí su tiempo con sus parientes y amigos más cercanos.
El diseño proveyó un área protegida donde los naranjos podían permanecer a resguardo en los meses invernales.
En 1664 los jardines habían evolucionado hasta el punto que el rey los inauguró con la fête galante denominada «Les Plaisirs de l’Île Enchantée».
Los invitados disfrutaron fabulosos entretenimientos durante una semana, y como consecuencia de la fiesta, en particular la falta de hospedaje para tantos invitados, Luis se dispuso a ampliar el palacio y los jardines una vez más.
Excavado en 1678 y llamada así por la Guardia Suiza que construyó el lago, ocupa un área de estanques y marjales, algunos de los cuales se utilizan para proveer agua a las fuentes del jardín.
En el mismo año la Orangerie de Louis Le Vau fue demolida para ubicar el Parterre del Naranjal diseñado por Jules Hardouin-Mansart.
Comenzando con la Galerie des Antiques, construida en 1680 en el sitio de la efímera Galerie d'Eau (1678), que fue concebida como una galería al aire libre donde se exhibían esculturas antiguas y copias adquiridas por la Academia Francesa en Roma.
En lugar de gastar recursos en modificar el palacio o los jardines, Luis XV, ávido botánico, dirigió sus esfuerzos al Trianon: en el área actualmente ocupada por la «Aldea de la reina» construyó y mantuvo los jardines botánicos en 1750.
Ese mismo año el jardinero y florista Claude Richard (1705-1784) asume como cuidador del sector.
En 1761 el rey encargó a Ange-Jacques Gabriel la construcción del Petit Trianon, una residencia que le permitiera pasar más tiempo cerca de las plantas.
En 1792, por orden de la Convención Nacional, se talaron algunos árboles en los bosques, mientras sectores del Grand Parc fueron loteados y destruidos.
La iniciativa fue exitosa: no hubo posteriores intentos de disolver el Grand Parc y las amenazas de destruir el Petit Parc se disuadieron sugiriendo que los parterres podrían utilizarse para plantar hortalizas y que las áreas abiertas del jardín podrían ser ocupadas por árboles frutales.
Afortunadamente tales sugerencias nunca se hicieron realidad, aunque los jardines fueron abiertos al público, que solía lavar sus ropas en las fuentes poniéndolas luego a secar sobre los arbustos.
Un problema común a todos los jardines de muchos años es la reforestación, y Versalles no ha sido en esto una excepción.
En consecuencia, la reforestación tendió a lograr un estilo menos formal y -al mismo tiempo- más fácil de mantener.
Para cubrir la demanda en la época del Rey Sol, el agua se bombeaba desde el estanque de Clugny[12] hacia la cisterna sobre la gruta de Tetis, que a su vez alimentaba a las fuentes del parque por gravedad.
Aunque la combinación de sistemas permitió atender los problemas principales, nunca fue posible mantener activas todas las fuentes del parque al mismo tiempo.
En 1672 Jean-Baptiste Colbert diseñó un sistema de señales mediante silbatos, que los fontaneros utilizaban para mantenerse informados de los recorridos del rey, y así activar las fuentes por las que iba pasando.
Como la demanda de agua siguió aumentando al tiempo que los sistemas existentes envejecían , se requirieron nuevas medidas para asegurar el suministro.
Entre 1668 y 1674 se presentó un proyecto para derivar aguas del río Bièvre hacia Versalles.
El artefacto se diseñó para elevar agua desde el Sena en tres etapas al acueducto de Louveciennes, casi 100 m sobre el nivel del río.