La Real Academia de Ciencias disuade, en un primer momento, al "jardinero del rey" para embarcase en el proyecto, ya que el terreno era muy desparejo.
Las obras, completadas en 1679, hicieron que el Gran Canal servirá como punto de partida para los fuegos artificiales que se daban en las suntuosas fiestas reales organizadas por Luis XIV en Versalles.
[3] En invierno, cuando las heladas impedían la navegación, el Gran Canal se transformaba en una pista de patinaje.
Estos son reemplazados en 1684 por un grupo que comprende: un teniente, un maestre, un contramaestre, once marineros, seis gondoleros (dos Toulonnais y cuatro Véniters), ocho carpinteros (dos italianos), dos calafates y un aserrador, todos bajo el mando del capitán Consolin.
En 1685, 260 hombres de Flandes son asignados a tres compañías para fragatas.