La única isla con población permanente es Gran Roque de 1,7 km² y con unos 1200 habitantes.
El sur del archipiélago tiene profundidades hasta de 1700 m, con niveles progresivamente menores hacia el norte, donde la profundidad promedio no supera los 15 m. Se estima que la presencia humana en Los Roques se remonta a fines del primer milenio de nuestra era.
Más adelante, durante la época colonial, se hizo frecuente la llegada de personas atraídas por las perlas, la sal y el mangle.
Debido a las condiciones ambientales extremas y la carencia de agua dulce, los animales terrestres no abundan.
La lista se limita a algunas especies de iguanas y lagartijas, arañas e insectos.
Sobre ella se acumularon sedimentos calcáreos provenientes de caracoles, corales y otros residuos marinos.
Éstos, a su vez, facilitaron con su efecto protector la formación de islas y cayos.
El origen del archipiélago como lo conocemos hoy es - geológicamente hablando - muy reciente, ya que data de hace apenas 10 000 a 15 000 años.
Los Roques tienen la particularidad de ser el único atolón coralino del mundo en cuya formación no hubo procesos volcánicos.