ha sido estudiada en religiones no teístas o politeístas como el budismo, hinduismo y jainismo.[16][17] El problema del mal también se aplica al politeísmo si algún dios tiene los atributos ya mencionados.Un concepto amplio del mal lo define como todo dolor y sufrimiento,[18] sin embargo, esta definición rápidamente se vuelve problemática.[18] El mal adquiere diferentes significados cuando se ve desde la perspectiva de diferentes sistemas de creencias, y aunque el mal puede verse en términos religiosos, también puede entenderse en términos naturales o seculares, como vicio social, egoísmo, criminalidad y sociopatología.[35] La versión más antigua existente de este trilema aparece en los escritos del filósofo pirronista Sexto Empírico.El problema lógico[6] (también llamado “argumento global”)[40] del mal intenta demostrar la inconsistencia lógica entre la existencia de una entidad omnipotente, omnibenevolente y omnisciente con la existencia del mal, refutando así de manera concluyente el teísmo clásico.[54] Se considera que David Hume formuló una de las primeras versiones del argumento en la obra Diálogos sobre la religión natural, donde sostuvo que aun siendo compatible el mal con Dios, no se puede inferir su bondad infinita de Dios basándose en nuestra experiencia.Esta tarea no requiere proveer una explicación plausible del mal y es exitosa si logra compatibilizarlos.[90] Asimismo, algunos autores consideran que apelar a demonios o la caída del hombre son en verdad hipotéticamente posibles, pero no muy plausibles dado nuestro conocimiento del mundo, y por lo tanto estiman estos argumentos como defensas, mas no buenas teodiceas.[100][101] En el politeísmo las deidades individuales normalmente no son omnipotentes u omnibenevolentes ya que sus poderes están distribuidos entre diversos dioses.Satanás en el islam y cristianismo no son considerados en igualdad de condiciones respecto a Dios, que es omnipotente.Adopta lo que los filósofos Graham Oppy y Nick Trakakis llaman una "visión neoestoica de un mundo ordenado" donde todo está en su lugar.[122][123] El uso del término libre albedrío crea confusión a menos que sea claramente definido.Pero las consecuencias negativas de tales abusos son ampliamente superados por el gran valor del libre albedrío y del bien asociado, por lo que es preferible un mundo que ofrezca una existencia libre, y con ello el potencial mal, a un mundo sin maldad ni libertad completa.vacío; es más, si el principio se llevara a cabo hasta su conclusión lógica, los malos pensamientos serían imposibles, porque la materia cerebral que usamos para pensar rechazaría su tarea cuando intentáramos formularlos.[6]Una deficiencia notada es que muchos males no parecen promover ese crecimiento, aun pueden ser extremadamente destructivos para el espíritu humano.Contra este último punto, podría sostenerse que los rasgos desarrollados son intrínsecamente valorables, pero esta idea requiere una justificación.Desde un punto de vista utilitarista, Leslie Allan argumenta que "nunca estamos obligados a causar sufrimiento para provocar respuestas virtuosas".[158] Dada esta postura, es esperable la dificultad o imposibilidad de encontrar una explicación plausible para el mal en un mundo creado por un ser superior, y en consecuencia el argumento del mal fracasa a menos que pueda probarse que las razones divinas puedan ser comprensibles por nosotros.Tal opinión puede ser por sí atractiva para un teísta, ya que permite una agradable interpretación de ciertos pasajes bíblicos, del tipo "Quién forma la luz y crea las tinieblas, Quién hace la paz y crea el mal; Yo soy el Señor, Quien hace todo esto".[171] Es posible argumentar que los males como el sufrimiento o la enfermedad son meras ilusiones (provenientes de la dualidad y/o la existencia material experimentada al existir en el mundo material) y que son consideradas erróneamente expresiones "reales" del mal.Dadas esas experiencias, no parece razonable, desde esta perspectiva, descartar todos los males considerándolos ilusorios.El pesimismo de Schopenhauer le llevó a afirmar que "el mal es solo lo positivo; hace sentir su propia existencia [...] Lo bueno es lo negativo; en otras palabras, la felicidad y la satisfacción implican siempre algún deseo cumplido, algún estado de dolor puesto fin".[178][179] Sin embargo, acorde con su dualismo sustancial, solo los seres humanos poseen alma que les otorga razón y conciencia de sí mismos.En consecuencia, los animales son incapaces de sentir o percibir dolor y sus comportamientos pueden ser explicados mecánicamente.Una respuesta de este tipo es señalar que la afirmación "El mal existe" implica una norma ética con la cual se determina el valor moral, y luego argumentar que este marco moral implica la existencia de un dios.[194][195] En consecuencia el teísta se enfrenta un dilema: aceptar que ambas respuestas (para el problema del mal y del bien) son igualmente poco convincentes, y por tanto quedar inerme frente al problema del mal; o aceptar que ambas respuestas son igualmente válidas, al considerar tan plausible la existencia de un ser omnipotente, omnisciente y omnimalevolente como la de uno omnibenevolente.Los dioses en la religión griega antigua eran vistos como superiores, pero compartían rasgos similares con los humanos y a menudo interactuaban con ellos.Para Boecio, el virtuoso siempre gana frente al tirano porque aprende de la adversidad y la fortuna, volviéndolo más fuerte.Calvino, sin embargo, aferrado a la creencia en la predestinación y la omnipotencia, consideró que la caída es parte del plan de Dios.
En
Evil and Omnipotence
(1955), el filósofo
J. L. Mackie
presentó el problema lógico del mal, formando una
tríada inconsistente
con las siguientes tres proposiciones "Dios es omnipotente", "Dios es omnibenevolente" y "El mal existe" eran inconsistentes y, por lo tanto, que al menos una de estas proposiciones debe ser falsa.
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Ejemplo famoso de
William L. Rowe
sobre el
mal natural
: "En algún bosque lejano un rayo impacta un árbol muerto causando un incendio forestal. En el fuego hay un cervato atrapado, horriblemente quemado, que yace en terrible agonía por varios días antes de que la muerte le libere de su sufrimiento".
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