En 1473 el palacio fue terminado en un estilo similar al del Palazzo Diomede Carafa;[3] sin embargo en ese mismo año se registraron más actos de compraventa entre Angelo Como y la vecina cofradía de San Severo al Pendino, de la que formaba parte el propio Diomede Carafa,[4] con los cuales el comerciante intentó ampliar sus propiedades.
En 1488 se produjeron otras expansiones, cuando Alfonso II, duque de Calabria, que residía en el cercano Castel Capuano y cuyo secretario de confianza era Leonardo Como, hijo de Angelo,[5] donó al propietario del palacio otros espacios y propiedades en la zona que habían pertenecido a un tal Francesco Scannasorice,[6] permitiéndole así que completara la construcción del palacio.
Posteriormente en ese mismo año, se compraron otras propiedades que ocupaban el espacio meridional del edificio, con el objetivo de demolerlas y así dejar abierta la vista hacia el mar de la ciudad.
[2] En 1504 se establecieron junto al palacio los frailes dominicos; así, en 1587 el edificio fue vendido a la adyacente iglesia de San Severo al Pendino[6] y readaptado por Giovan Giacomo Di Conforto como claustro para ese mismo complejo religioso.
[8] Como resultado de esta controversia, el edificio fue atrasado veinte metros respecto a su posición original.
La fachada está impostada en tres niveles: el semisótano, nivelado sobre la calle inclinada gracias al uso de un zócalo de albañilería,[4] la planta baja con almohadillado rústico y el piano nobile con almohadillado liso.
[5] En cuanto al interior, la planta baja alberga una única sala dividida en tres crujías; estas tienen bóvedas hemisféricas con arcos de piperno apoyados sobre ocho pilares octogonales adosados a las paredes.