En 1836 se incautó el Estado del inmueble, cediéndolo de nuevo al Seminario en 1853.
En el primer cuerpo, la puerta ―centrada y enmarcada por pináculos góticos a modo de arrabá― forma un arco conopial recorrido por dos troncos por los que trepan graciosamente catorce figurillas humanas.
El segundo cuerpo tiene cuatro ventanas ―gemelas las centrales― también entre pináculos y ajimezadas con delicadas columnillas.
La monumental escalera, de tipo imperial, con sus estípites, balaustres, volutas y demás profusa decoración, es netamente barroca.
No obstante su aparente unidad, pueden observarse elementos que llegan hasta el primer cuarto del siglo XVIII.