Un estípite (del latín stipes, una estaca, palo hincado en tierra)[1] es una columna o pilastra troncopiramidal invertida que a veces tiene funciones de soporte y también antropomorfa.
Estos elementos son característicos del movimiento churrigueresco de la arquitectura barroca.
En la última etapa del barroco, avanzado el siglo XVIII, muchos de los elementos clásicos acaban por perder sus líneas sencillas y se vuelven cada vez más complejos, dando lugar a una estética de formas abigarradas y decoración exuberante.
Entre esas innovaciones está la columna comúnmente conocida como estípite, caracterizada porque su fuste (cuerpo central, vertical), está constituido por distintas formas geométricas superpuestas.
Estos se empezaron a utilizar para adornar retablos, tanto como para enmarcar puertas u hornacinas.