[2] Tras la prohibición en 1834 de las órdenes religiosas en Portugal, los carmelitas descalzos tuvieron que abandonar Busaco.
El estado se hizo cargo del bosque y plantó nuevas especies vegetales.
El diseño del proyecto, fue obra del arquitecto y coreógrafo italiano Luigi Manini, aunque también intervinieron otros arquitectos como Nicola Bigaglia, Manuel Joaquim Norte y José Alexandre Soares.
[2] El mobiliario, verdadero patrimonio museológico, incluye piezas portuguesas, indo-portuguesas y chinas, realzadas por la fastuosa tapicería.
Destacan también el techo morisco, el suelo ejecutado con maderas exóticas y la galería real.