Sin embargo, los seguidores de Ulate se muestran suspicaces ante el caudillo y manifestaciones multitudinarias exigiendo la entrega del poder a Ulate se realizan en San José crispando las tensiones y amenazando con una segunda guerra civil entre los bandos ganadores.
[1] En ese contexto Jaime Solera Bennett reúne a Ulate y Figueres en su propia casa y tras horas de negociación emergen con el pacto de marras.
[2] Figueres rechazó molesto e informó a Ulate de los hechos.
Dichas elecciones se verificarán el día ocho de diciembre del corriente año.
La Junta Revolucionaria designará inmediatamente una comisión que redacte un proyecto de Constitución para serle sometido a la Constituyente.