Óscar Avilés

Al salir de Chile, la familia Avilés Arcos se afincó primero en Arequipa, donde don José tuvo un estudio de fotografía; más tarde se trasladó a en la Provincia Constitucional del Callao (donde nació Óscar, en la calle Zepita); luego se muda a Chacra Colorada (actualmente el distrito de Breña) para después retornar al Callao, a la calle Teatro.

Cuando tenía 10 años, su familia se mudó al jirón Huascarán en el Distrito de La Victoria.

[6]​ Al inicio su padre no quiso pero llegó el momento que se dio cuenta de las aptitudes y virtudes de su hijo en la ejecución del instrumento, e influenciado por sus amigos criollos, apoyó a su hijo para que aprendiera guitarra.

Avilés tuvo cinco hijos: José (+), Ramón, Gustavo (+), Óscar y Lucy, todos muy musicales.

Camino al camposanto, el cortejo fúnebre se detuvo en la Plaza Manco Cápac del Distrito de La Victoria, donde recibió un emotivo homenaje.

En ese mismo año ganó un concurso radial organizado por el periodista Roberto Nieves del diario "La Noche", y por voto popular lo distinguieron como La Primera Guitarra del Perú, título que conservó y lo acompañó para siempre.

[9]​ En 1946, formó parte de Los Trovadores del Perú, junto con Miguel Paz, Oswaldo Campos y Panchito Jiménez.

Trabajó musicalmente con Chabuca Granda, durante quince años (1955-1970), comenzando con ella su etapa de internacionalización.

Grabó en el Brasil, la celebrada colección "Valses Peruanos Eternos" en dos volúmenes, acompañado por la Orquesta de Augusto Valderrama, cuyo nombre real era Angel Perucci.

En la década del 60 grabó con Gabriela Ortega, Olga Guillot, Xiomara Alfaro y Leo Marini, en distintas producciones musicales.

En 1996 trabajó con Alicia Maguiña, con quien realizó giras a provincias y pisó escenarios de mucho prestigio.

Porfirio Vásquez, representante de la música negra en el Perú, en 1944 le compuso esta cuarteta: Cantaron una jarana, San Pedro dijo: quien es?

Recientemente el Premio Nobel peruano, don Mario Vargas Llosa, ha dedicado un capítulo de su último libro, “Le dedico mi silencio”, a don Óscar Avilés y a su inconmensurable obra musical.

En Lima y Callao podemos encontrar diversos reconocimientos a don Óscar Avilés, traducidos en lugares que llevan su nombre, o su imagen a través de murales o bustos: - Calle Óscar Avilés: la cuadra 6 del Jr.

Además, es reconocida por mérito propio como una de las mejores exponentes vocales del acervo musical criollo peruano, por su capacidad armónica, su fuerza interpretativa, su creatividad y dominio escénico.