Una de las causas eran los equilibrios constitucionales: el poco poder del presidente de la república y la facilidad con que los parlamentos (en los que no se formaron mayorías estables) podían retirar su apoyo a los gobiernos (saliendo aproximadamente a un primer ministro al año).
El primer ministro Félix Gaillard, cediendo a las demandas internacionales, aceptó una mediación angloamericana en la cuestión de Argelia.
Durante un mes, el Presidente de la República, René Coty, intentó buscar un candidato aceptable para el parlamento.
El 13 de mayo, convocadas por organizaciones políticas contrarias a la independencia, se produjeron manifestaciones en Argel.
Los manifestantes tomaron la sede del gobierno general (delegación del gobierno de París en Argel) y el ejército, que debería haber reprimido los disturbios, se negó a disparar contra ellos y se sumó a la revuelta.
El 14 de mayo, mientras en París Pierre Pflimlin era investido primer ministro, el gobierno local en Argel fue asumido por un comité de salud pública, del que formaron parte militares y civiles y fue presidido por el general Massu, que comandaba las tropas en Argelia.
El otro militar más destacado de Argelia, el general Raoul Salan formaba también parte del comité.
Al mismo tiempo insistió en que sólo aceptaría el poder de las autoridades legítimas y no rompería el orden constitucional.
El 1 de junio la Asamblea Nacional le nombró primer ministro con 329 votos contra 224 y 37 abstenciones.