El intento de insurrección fue orquestado por el general Mohammed Ufqir, entonces un asesor cercano del rey Hassan.
Según se informa, durante el ataque el propio rey Hassan agarró la radio y les dijo a los pilotos rebeldes: "¡Dejen de disparar!
[3] Según la versión difundida en la época por el propio Hasan II, los disparos dejaron inutilizados dos de los tres reactores y afectados puntos vitales del aparato, que parecía destinado a estrellarse irremediablemente.
[6] Según una versión más reciente, elaborada tras la apertura política en Marruecos con el reinado de Mohammed VI, los cazas atacaron el avión una y otra vez, provocando daños de cierta consideración aunque no tan graves como se dijo en su momento.
El avión fingió aterrizar en el aeropuerto de Kenitra, momento en que los cazas se retiraron, confiando quizás en poder acabar con el rey en tierra dado que Kenitra era su base; sin embargo, el aparato sobrevoló la pista y volvió a elevarse con destino a Rabat, donde el monarca era esperado.
[7] El principal sospechoso es el general Ufqir, que desde el asalto a Sjirat había caído en desgracia por su benevolencia con los acusados y porque algunos de los cabecillas, ejecutados extrajudicialmente apenas dos días después, le habían señalado como persona afín a sus ideas.