[1][2] La baraka puede encontrarse dentro de objetos físicos, lugares y personas, como elegidos por Dios.
Impregna los textos, creencias, prácticas y espiritualidad sufíes.
La baraka no es un estado, es un flujo de bendiciones y gracia.
Se cree que los que han recibido baraka tienen la capacidad de realizar milagros (karamat), como leer el pensamiento, sanar a los enfermos, volar o resucitar a los muertos.
Sin embargo, según Abd al-Karīm ibn Hawāzin Qushayri, destacado místico sufí, la utilización de estos milagros y la posesión real de estas habilidades no son indicativos del estatus de un santo, aunque, el desempeño de estos milagros por los profetas, es importante para establecer sus credenciales.