Es un trastorno emocional, que puede llegar a precisar ayuda profesional.
[4] A pesar de que la onicofagia no parece tener más incidencia en hombres o mujeres, los resultados de los estudios epidemiológicos enfocados en este aspecto no son completamente confiables.
[6] Morderse las uñas facilita el transporte de gérmenes que se ocultan bajo las uñas a la boca y viceversa, con lo cual se lleva la infección de los dedos y se produce panadizos, por lo que los efectos nocivos se pueden ver a nivel de los dedos, de la boca y del sistema digestivo en general.
[2] Las personas que tienen este hábito suelen morder por igual las diez uñas aproximadamente al mismo grado.
[2][9] El hábito crónico de morderse las uñas es perjudicial a largo plazo para la esmalte frontal y del ápice de los dientes, con lo que se incrementa la caries en las zonas afectadas; además, puede modificar la arcada, según la función que realizan los dientes al protruir la mandíbula, con y se genera una "mordida borde a borde".