Olmillos de Muñó consiguió, en 1502, alzar sus quejas al rey: la villa comenzaba a despoblarse.
[5] En el siglo XVIII, el municipio figuraba en régimen de realengo, por lo que pasó a ser dominio directo del rey castellano.
El templo se encuentra en la zona oriental del pueblo en la entrada de la villa por la carretera Pampliega-Presencio desde Mazuela.
Su entrada principal se encuentra orientada a poniente y está formada por angostos arcos de descarga en el muro septentrional.
La iglesia contaba con tres naves, sin embargo, en el siglo XVIII, una de ellas se derrumbó.
Asimismo, se puede encontrar un sepulcro de fecha, procedencia y autor desconocido al extremo derecho del altar.
Por otro lado, situado al extremo izquierdo del presbiterio, se encuentra una talla de San Jerónimo en el desierto.
[6] Por último, cabe destacar que en la entrada exterior del templo se encuentra una fuente cuyo manantial cruza el subsuelo de la nave principal.
[7] Esta obra, en su forma original, contaba con mayor altura; sin embargo, durante la remodelación se tuvo que recortar a causa de los techos bajos del templo.
Además, el remate superior final consta de una tabla policromada del Padre Eterno y cuatro ángeles.
Asimismo, se conservan dos santos cristos y el cáliz-custodia para la eucaristía, datados de la misma época que los retablos.
[7] Jacinto Campillo Cueva en su artículo Las estelas medievales del interfluvio de los cursos bajos del Arlanzón y Arlanza señala que el uso de estelas en los recintos cementeriales que rodean los templos era una costumbre cristiana muy extendida por algunas zonas geográficas.
Las piezas se encuentran reutilizadas como elementos decorativos encima de la barbacana del antiguo cementerio actual.
Generalmente, el disco presenta un reborde periférico, a veces muy abultado, dentro del cual se disponen los motivos ornamentales.
Tanto en un caso como en otro, su datación a finales del siglo XII y principios del XIII es incontestable (Bohígas y Periil, 1985), ya que muchas de ellas están vinculadas a construcciones de estilo románico.
Esta obra arquitectónica, también conocida como picota, era utilizada por el cargo jurisdiccional para aplicar los castigos a los condenados.
Además, en el acta se recoge la primera Junta Directiva formada por un presidente, un secretario, un tesorero/vocal y una vocal.