Los combatientes estadounidenses le pusieron el apodo de baka, que en japonés significa tonto o estúpido.[2] [3] Tras ser liberado del avión guía, el retorno era imposible, el piloto debía planear para tras seleccionar un blanco, encender uno a uno los tres motores cohete y picar contra el mismo.Versiones posteriores fueron diseñadas para ser lanzadas desde bases costeras y cavernas, e incluso desde submarinos equipados con catapultas, aunque ningún Ohka fue empleado de este modo.La comunicación entre el piloto kamikaze y el avión guía se hacía mediante un aparato Morse.El portaaviones Shinano en su primer y último viaje transportó en su interior 50 de estos aviones cohete desde Yokosuka a Kure.