El pelaje del ciervo es pardo-rojizo, mostrando un tono más oscuro durante el invierno.
La pezuña, amplia en relación con el tamaño del cuerpo, presenta membranas interdigitales elásticas que ayudan en la natación y en el desplazamiento en superficies pantanosas.
Es predominantemente nocturno, aunque su comportamiento puede variar según la estación y las condiciones específicas del medio.
Durante la estación seca, si se presenta, reduce su movilidad para mantenerse próximo a los cursos de agua.
La mayor amenaza a su conservación fue la caza furtiva, que buscaba la cornamenta como trofeo; hoy está relativamente controlada.