En los últimos años, muchas plataformas ecologistas se habían movilizado contra diversas construcciones que, según ellos, ponían en peligro la flora y fauna del país: se trataba de puentes, centrales nucleares, vertederos, fábricas, etc.
Sin embargo, la eliminación del parque Gezi, prácticamente la única zona verde en Estambul, el centro financiero, económico y cultural del país, fue considerado algo inadmisible que agotó la paciencia de muchas personas y de la opinión pública.
Sin embargo, la policía utilizó gas lacrimógeno y prendió fuego a las tiendas de campaña para que las máquinas continuaran con su trabajo.
Además, pusieron barricadas en torno al parque para evitar que entraran más personas en él.
Ese mismo día, el vice primer ministro turco (y temporalmente primer ministro en funciones debido al viaje de Erdogan), Bulent Arinc, en una rueda de prensa en Ankara, pidió disculpas por los excesos policiales.
El 7 de junio se unieron a las protestas varios grupos musulmanes, y convocaron una gran oración para los fallecidos durante los altercados.
Paralelamente, el partido AKP se reunió durante más de cuatro horas para intentar buscar una solución a las protestas.
Las protestas continuaron en los días subsiguientes en los que la represión policial se cobró la vida de tres manifestantes, mientras que un efectivo policial murió al caer a una zanja mientras agredía a un grupo de manifestantes.
[8] En tanto, los manifestantes denunciaron la utilización de agentes irritantes en el agua que disparan los camiones hidrantes.
Varios manifestantes consideraron el hecho como la utilización de armas químicas contra la población civil.