Nueva cultura del agua

En lo que a la teoría se refiere, los trabajos dirigidos o codirigidos por Mario Gaviria, Artemio Baigorri, José Manuel Naredo y otros, en libros clásicos como "Navarra, abundancia" (1975), "El Bajo Aragón expoliado" (1976), "Extremadura saqueada" (1977), "Navarra abundancia" (1977), "Vivir del Ebro" (1978), "El modelo extremeño.Ecodesarrollo de La Siberia y La Serena" (1980), "El campo riojano" (1984) o "La quimera del agua" (1995), así como los artículos que ambos autores, y otros (como Santiago Marraco, José Luis Fandos, etc.) escribieron en los años '70 y primeros '80 en Andalán, El Día de Aragón, Esfuerzo Común, El viejo topo y otros medios, fueron aportando las ideas básicas que luego darían lugar a la llamada nueva cultura del agua.Otro autor que se considera imprescindible es el físico Pedro Arrojo Agudo, de la misma Universidad que, junto con el economista José Manuel Naredo escribió otra obra de gran repercusión, "La gestión del agua en España y California".A los postulados citados se fueron uniendo cientos de expertos, investigadores, técnicos, profesores españoles y extranjeros que, en diferentes ámbitos pero fundamentalmente el universitario, fueron generando un "corpus", así como una fuerte red institucional de apoyo mutuo.Mención aparte merecen los trasvases submarinos que, partiendo de la desembocadura de los ríos caudalosos, conducirían el agua dulce excedente por el fondo marino hasta determinados puntos del litoral, desde los cuales se bombearía tierra adentro hasta hondonadas donde estancarla, facilitando su distribución.Si bien el concepto es polémico, según autores como Custodio, lo cierto es que hay sistemas acuíferos esquilmados.