Novela por entregas en España

Se trataba de una escritura más industrial que literaria, elaborada en pequeñas hojas o en las partes bajas de los diarios; muchas veces se seleccionaba una serie de estampas en grabado sobre escenas sensacionalistas y el argumento se improvisaba sobre ellas; la acción se dilataba con expresiones farragosas para ampliar el papel (y por tanto el dinero a pagar), imitando y copiando a mansalva de modelos extranjeros o españoles como Eugenio Sue o Paul Féval, y se escribía tan rápido a causa de la urgencia de la edición que los folletinistas se llamaban a sí mismos «escritores al vapor»; muchos colaboraban entre sí e incluso algunos llegaron a aprender taquigrafía para escribir más rápido al dictado.Es más, algunos llegaron a redactar simultáneamente siete u ocho novelas, ayudándose de secretarios a los que dictaban y que, más tarde, habiendo aprendido los secretos del negocio, se independizaban, elaborando sus propias obras.Aunque el género de novelas por entregas era propio del siglo XIX, donde los autores debían continuar sus novelas publicadas por capítulos para atrapar a sus lectores y seguir cobrando, no es menos cierto que durante todo el siglo XX y hasta nuestros días se han realizado y se siguen realizando novelas por entregas, la gran mayoría en forma gratuita y a través de Internet.También es justo destacar que a pesar de que muchos lectores prefieran el libro tradicional, la “Novela blog” o "Blognovela" sigue ganando adeptos y avanza a pasos agigantados.Sin ir más lejos en la actualidad muchos escritores han optado por publicar sus novelas en este formato, es el caso de Alberto Vázquez-Figueroa, Arturo Pérez-Reverte, José Calvo Poyato, Hernán Casciari, Pablo Paniagua, Lucía Gonzáles y Diego Gualda entre otros.