Quedó huérfano a los ocho años, cuando su padre se intentó fugar de la Cárcel del Saladero en Madrid y desapareció.
A los diecinueve años (1886) publicó su primera obra firmada, Celos de esposa (1886), y el éxito obtenido por esta novela le movió a continuar por aquel camino, aunque sus aspiraciones literarias eran muy distintas.
Val escribió durante los últimos quince años del siglo XIX y en los quince años primeros, por lo menos, del siglo XX; luego, solamente algunas narraciones y novelas extensas sueltas.
Sin embargo fue allí donde recibió el duro golpe del fallecimiento de su mujer, del que ya apenas se repuso, pues anduvo largo tiempo trastornado hasta que logró salir de la depresión, y entonces se propuso escribir literatura seria: "Ya he hecho bastante bazofia literaria", dijo a su amigo Teodoro Llorente Falcó, "ahora voy a hacer algo más digno, más duradero".
De todos modos, entre las primeras se encuentra facundia, imaginación e interés y hay que confesar, en honor a la verdad, que este autor, tan popular un día, no empleó sus innegables condiciones en satisfacer sin más las apetencias de sus lectores, sino que intentó siempre ensalzar la virtud.