No filosofía

La "decisión" que Laruelle desarrolla aquí es la división dialéctica del mundo para entenderlo filosóficamente.

Está en particular oposición a herederos filosóficos de Jacques Lacan como Alain Badiou.

Y agrega: "Laruelle también rehusa la naturaleza 'eventual' del Ser descrita por Heiddegger [...] El 'Uno' de Laruelle está entendido como identidad genérica - una identidad/comunalidad que invierte la metafísica clásica encontrada en los bastiones de la filosofía (un linaje que corre desde Platón a Badiou), donde lo trascendental es concebido como condición necesaria para asentar la realidad.

Aun así, la filosofía meramente performativa legitima la decisión decisional de ella, lo cual, como se ha señalado, es incapaz de coger plenamente, en contraste a la no-filosofía qué destruye la distinción (presente en filosofía) entre teoría y acción.

En este sentido, la no-filosofía es radicalmente performativa porque los teoremas desplegados de acuerdo con su método constituyen plenamente acciones científicas.

En Una presentación nueva de la No filosofía (2004), François Laruelle establece: Nombrados entre los miembros tempranos o simpatizantes de la sans-philosophie ("sin filosofía") se incluyeron en una colección publicada en 2005 por L'Harmattan: François Laruelle, Jason Barker, Ray Brassier, Laurent Carraz, Hugues Choplin, Jacques Colette, Nathalie Depraz, Oliver Feltham, Gilles Grelet, Jean-Pierre Faye, Gilbert Hottois, Jean-Luc Rannou, Pierre Un.

[6]​ Llevó esta tendencia al misticismo en sus búsquedas físicas, y estuvo dirigido por él para tomar un interés profundo en los fenómenos de magnetismo animal.