Ni con Marx ni contra Marx
Paralelamente, existen otras posturas que sitúan a Bobbio más como un liberal demócrata a partir de Ni con Marx ni contra Marx, ya que según Nuria Labari «como filósofo fue un "pensador moderado", es decir, fue un defensor acérrimo de la democracia.[2] Otra de las cuestiones fundamentales del texto es que Bobbio crítica Marx al subordinar la política con la economía.Lo anterior significa, en términos generales, que el Estado constituye todas aquellas disposiciones de una clase dominante para hacer imponer sus intereses comunes, teniendo en cuenta los diferentes dispositivos sobre los cuales se determina el brazo armado y opresor del Estado.Bobbio recoge en los manuscritos inéditos e incompletos del pensador alemán su primera incursión por la crítica a la economía política, una vez revisa varios de los principales economistas ingleses como Smith y Ricardo, entre otros.De igual forma, Marx -según Bobbio- hace una crítica a la filosofía del derecho en Hegel como filosofía dialéctica especulativa e idealista al considerarla como distante de la historia real del hombre.En este apéndice Bobbio revisa como en los análisis sobre Ludwig Feuerbach mantiene una crítica en contra de la filosofía tradicional occidental.No obstante, Bobbio señala como en Feuerbach existe una tendencia de reemplazar esa teología racionalista, haciendo referencia a la filosofía hegeliana y en el interpes por una filosofía que termina situando una teología del hombre.Para Bobbio en Feuerbach realmente se desarrolla una filosofía de transición, pues en palabras del intelectual italiano: “Aún hoy muchos creen haber dado el salto que les permite salir del idealismo; sin embargo todavía no han logrado reconocer el sendero donde cayeron y siguen inciertos con respecto al camino que deben recorrer.Se profesan materialistas y, en cambio, son románticos”[4] Para este subcapítulo Bobbio inicia con las críticas a un autor italiano llamado Felipe Balbo, el cual desarrolla una obra dedicada a la filosofía después de Marx.Frente a lo anterior y en palabras de Bobbio: «No hay que olvidar que el marxismo se consideró, o mejor dicho, fue puesto e impuesto por la doctrina oficial soviética, como la “ciencia de la sociedad”, vale decir, como la doctrina que, habiendo descubierto las leyes del desarrollo de la sociedad, proporciona a quien la sigue los instrumentos necesarios para hacer previsiones cercanas sobre la conducta de los hombres (…) Entonces, si el marxismo es un sistema doctrinal y no una ciencia, no un método, puede entrar en crisis a raíz de una previsión equivocada.Por consiguiente, la crítica de Bobbio se centra principalmente en el cuerpo doctrinal de la tiranía personificada en Stalin, cuestionando a los comunistas que han rechazado per se a quienes denuncien esta dictadura personalista y su despotismo.En este apéndice Bobbio hace una continuación sobre el debate crítico en torno al estalinismo desde varios autores soviéticos como Jruschov, entre otros.[6] Bobbio inicia con la crítica a la dialéctica marxista, ya que en su uso y abuso del concepto ha generado una confusión sobre su significado.Estas secciones son las siguientes que se expondrán en cursiva: El materialismo dialéctico en la formulación de Engels.Para Bobbio la distancia entre Marx y Hegel no se dio propiamente por la dialéctica, ya que siempre hubo una constante queja por el uso de la metafísica.Es así que el subcapítulo se divide en cinco puntos principales los cuales llevaran los respectivos títulos del autor en cursiva: La crítica de la filosofía política hegeliana.[12] A partir de estas críticas Marx-según Bobbio- centra su atención hacia un Estado donde no se desconozca las condiciones reales del hombre en las que el constituyente primario del Estado es la sociedad civil y la familia.Bobbio menciona el distanciamiento que toma Marx con Hegel y los demás autores mencionados anteriormente propios de la filosofía política moderna, al considerar Marx a la familia y la sociedad civil como constituyentes iniciales del Estado.[13] Por lo tanto, si hay una transición de la dictadura de la burgesía a la dictadura del proletariado, se destruirán los medios e instituciones del Estado anterior para que el nuevo Estado tenga unas condiciones propias.[14] De esta manera, la forma en que es concebida la teoría marxista del Estado es radiclamente opuesta a los socialdemócratas o los anarquistas.Como filosofía práctica fundada en el materialismo histórico, el Marxismo constituye según Bobbio “como una propuesta de una nueva sociedad, no sólo en su dimensión descriptivo-analítica y al mismo tiempo explicativo-predictiva, sino también en su dimensión optativo-prescriptiva”.[17] Finalmente, Bobbio confirma una vez más que: “en Marx existe in nuce una teoría sociológica del derecho, es decir una teoría que considera el derecho en función de la sociedad y de las relaciones sociales inferiores, y que no por casualidad redefine el derecho, no por medio de la estructura del ordenamiento jurídico, como han hecho las teorías formales, sino mediante su función” .En síntesis y en palabras de Bobbio: “admitamos, pues, que la crítica marxista, sirviéndose de la dialéctica, me ayude a entender la dirección del movimiento histórico; sin embargo no me dice si la dirección vislumbrada sea la justa, es decir la que yo debo seguir.Ante este propósito, Paci es consciente de que existen conexiones abismales entre Husserl y Marx, ya que precisamente estos autores no tuvieron en cuenta los mismos problemas o preocupaciones en la medida en que-en palabras de Bobbio-: “se podría decir-interpretando un poco libre aunque espero no arbitrariamente sus intenciones- que intenta responder al mismo tiempo, no a una sola, sino a dos preguntas: 1) ¿cual es la función del marxismo en la nueva propuesta de la fenomenología como crítica de nuestro tiempo?El hecho de que su pensamiento haya permanecido más en la imprecisión no autoriza a decir, me parece (si he entendido bien), que él no tendría una teoría de la extinción del Estado, o bien del advenimiento de una sociedad en la que, por una razón o por la otra (para la teoría democrática la razón es la extensión del consenso, o sea del autogobierno) habría venido a menos el uso de la fuerza”.[23] En esta conversación epistolar de Bobbio a Baratta, cuestiona abiertamente si existe en Marx un aporte al problema penal, al igual que hace una objeción fuerte al argumentar que en Marx no existen fuertes indicios para pensar una teoría integral del Estado por el abuso de principio de autoridad que han apropiado varios marxistas hasta el momento.El segundo planteamiento, que titula como Lagunas y sistemas, ciencia y política, caracteriza esa “laguna” o vacío en el sistema político marxista en vista de que cualquier teoría política, sea de la época de Marx o actual, no puede prescindir del Estado para desarrollar tal sistema.Y por último, como tercer planteamiento titulado para una relación laica con el pensamiento de Marx, Bobbio plantea que ante la aparente crisis del Marxismo es necesaria la distancia que debe mantener quien quiera tener una relación laica con el pensamiento de Marx.Otras cuestiones mencionadas en anteriores ensayos se encuentran: a) en el aprendizaje y fracaso de las primeras sociedades comunistas entre los sucesores de Marx y Engels en Lenin y Stalin; b) la excesiva comparación de Marx con filosofías contemporáneas como el existencialismo, fenomenología, empirismo, entre otras; y c) la estrategia de disociación al concebir por separado al Marx historiador, filósofo, politólogo, etc. Para finalizar este ensayo, Bobbio plantea las siguientes dos tesis que deben ser siempre tenidas en cuenta sobre el Marx economista: “1) el primado del poder económico sobre el poder político (que constatamos diariamente también en Italia); y 2) la previsión de que a través del mercado todo puede volverse mercancía, de ahí el rumbo inevitable de la sociedad a la mercantilización universal”.