Ngenechén
Sin embargo, esta concepción es cierta solo hasta cierto punto, pues al consultar los estudios antropológicos realizados por varios autores, se puede observar que actualmente el concepto de Ngünechen ha sufrido una modificación gradual respecto al uso y significado dados originalmente, ya que Ngünechen, en su definición más pura y antigua, no era considerado un dios omnisciente u omnipotente.Originalmente, el pueblo mapuche en su conjunto era politeísta y reconocía un principio organizacional cuatripartito representado por una familia de dioses espíritus compuesta por un hombre viejo (füta chachai), mujer vieja (ñuke papai), hombre joven (weche wentru) y mujer joven (ülcha domo).Guevara (1908), Latcham (1924), MCtraux (1973) y Dowling (1973) vieron en este rasgo una clara influencia de la evangelización.Faron (1964), por su parte, constató “la posición apical de Ngünechen en el panteón”; a igual conclusión llegó Grebe (1971).[6] Según Alonqueo (1979), “para el mapuche no hay más que un solo Dios Soberano Creador, aunque nombre varias personas en Dios: Fücha, Kuche, Weche Wentru e Ilcha domo; así como los cristianos creen en la Trinidad, sin ser por ello politeístas... (nosotros invocamos) a Dios bajo las cuatro personas y el Fileu es el Espíritu de Poder y Sabiduría de Dios”[7] Por lo tanto, la posición máxima o única que actualmente ostenta Ngünechen en el panteón mapuche sería el resultado de la influencia cristiana, una especie de dios único dado a los mapuches para cristianizarlos, pero que aún conserva parte de las ideas politeístas de la religión mapuche original.Sin embargo, Ngünechen no tiene las mismas acepciones de moralidad y santidad del Dios cristiano.[11] Chau Ngünechen se comunicaba a través de los sueños (pewma) que implantaba en los o las machis, a los cuales por ejemplo, les comunica como se debe mantener el orden vigente, y las costumbres propias de la etnia mapuche.Así trata de mantener en equilibrio al mundo, contra las fuerzas negativas o wekufe del desequilibrio Sin embargo, hay que mencionar que antes de la llegada del español, en el mundo mapuche no existía la figura "wekufe" como representación de la maldad propiamente tal, sino más bien todo dependía del equilibrio de fuerzas positivas y negativas, pero no específicamente maléficas como el demonio del cristianismo.