Está comprobado que saber tocar profesionalmente un instrumento musical mejora varias funciones ejecutivas, como la memoria y la atención.
[1][2][3] Pero algunas creencias con respecto a la música son solo neuromitos, por ejemplo, el mito sobre el efecto positivo que produce la música en general sobre las personas y que supuestamente los haría más inteligentes si la escuchan desde niños.
[5] Se han creado diversas teorías sobre la relación directamente proporcional entre la música clásica y el cociente intelectual en diferentes edades pero nunca fueron demostradas científicamente.
Este experimento no se pudo replicar con otras pruebas diferentes a las del razonamiento espacio temporal.
La Academia Americana de Pediatría considera que, para que estimular la inteligencia del bebé, conviene entablar comunicación, tener momentos afectivos como pasear con él, cantar a su lado, acariciarlo, mimarlo, abrazarlo, hablarle y leerle cuentos.