Es difícil precisar más su ubicación debido a la carencia de metodología arqueológica durante las excavaciones realizadas bajo la dirección del padre Alfred Louis Delattre.
[1] La necrópolis fue usada desde finales del siglo V a. C. o principios del siglo IV a. C., hasta la destrucción de la ciudad púnica en el 146 a. C.[1] En los siglos III y II los ritos funerarios utilizados fueron la incineración y el entierro; los fallecidos eran acompañados a su "último hogar" con joyas de oro, marfiles tallados, jarrones de bronce y cerámica siciliana o etrusca.
Sin embargo, algunos consideran al padre Delattre culpable por ser un "aficionado", ya que no se levantó ningún plano de la necrópolis.
[6] En noviembre de 1902 se registró una sepultura con dos sarcófagos, un hombre y una mujer, pero fue profanado.
[8] Delattre propuso ofrecer uno de los sarcófagos al Museo del Louvre, la elección debía realizarla la institución entre varias obras.
[7] Usa un peinado egipcio y las alas recuerda a los atributos de Isis o Neftis.
[22] El sarcófago de la sacerdotisa es, según Hédi Dridi, un indudable manifiesto del eclecticismo púnico.
[29] Aunque es probable que el origen sea griego, estaban destinados a la élite económica púnica.