En la arquitectura griega y romana clásica, las acroteras son zócalos (pedestales) que sostienen los adornos, dispuestos en el vértice o sobre las extremidades de un frontón.
La palabra llega al español del griego clásico ἀκρωτήριον, 'cumbre', latinizada como acroterium, a través del francés acrotère.
Los materiales utilizados son variados: piedra, terracota, pintado, plástico y bronce.
En la arquitectura etrusca tienen forma tanto animal como fantástica, por ejemplo un pegaso.
[2] En la arquitectura moderna, se llama muro acrótero, abreviado acrótero, al murete situado al borde de las terrazas para permitir elevar la estanqueidad.