El descubrimiento de la ubicación fue debido al azar; es atribuido a Pierre Cintas y Charles Saumagne en el año 1952.
El descubrimiento de una copa jónica permite fechar la fundación aproximada del lugar hacia el siglo VI a. C..
Las calles están bordeadas por casas organizadas en insulae, que contienen elementos característicos como patios internos, escaleras de acceso y zonas reservadas para actividades diarias.
[2] Dos grandes santuarios púnicos estaban situados en el corazón de la ciudad y no en la periferia, como era común en las ciudades romanas.
Dos de ellas, situadas cerca de los acantilados, estaban reservadas: la del norte para niños, inhumados en jarras enterradas en hoyos, y la del sur para adultos, directamente enterrados en tumbas simples.
En cuanto a la vida económica, Kerkouane parece haber sido esencialmente urbana.
La ciudad no muestra rastros significativos de vida rural; sin embargo, la artesanía dejó huellas evidentes, con actividades como la talla de piedra, la estucaduría, el tejido, la curtiduría, la pesca, la alfarería y la orfebrería.
Kerkouane mantenía excelentes relaciones comerciales y culturales con el mundo griego, como lo demuestran los productos importados.