El término municipal, situado en el suroeste de la provincia, supera los 126 km², en su mayor parte dedicados a cultivos de secano, aunque hasta finales del siglo XIX el viñedo fue su motor económico.
Hoy el municipio cuenta con diversos establecimientos de ocio, una tonelería tradicional en funcionamiento, bodegas, un colegio público, una piscina y zonas deportivas públicas.
La altitud del municipio oscila entre los 801 metros, en un cerro cercano al pueblo en el que se levanta una ermita, y los 681 metros cerca del Canal de Pollos.
El pueblo se alza a 744 metros sobre el nivel del mar.
Así, el vino se convertirá en su principal motor económico durante el siglo XVIII, cuya huella puede observarse en el rico patrimonio artístico de la localidad, así como sus numerosas bodegas subterráneas, algunas de las cuales pueden visitarse hoy en día.
[2] En 1833 pasó a ser cabeza del homónimo partido judicial y en 1864 llegó el ferrocarril, que fue fundamental en el comercio durante el siglo siguiente.
En 1877 el rey Alfonso XII le otorgó el título de ciudad.
A finales del siglo XIX, la plaga de filoxera motivó la crisis del sector vinícola y por extensión de la propia localidad.
Además, los conciertos y la participación de las peñas convierten estos días en especiales para sus habitantes.